Primer traspies de la temporada.
Una mala segunda parte hace inutil una renta de 4-1. La Mosca se hizo con el centro del campo y con garra consiguió un empate in extremis.
Mal sabor de boca el que nos quedó tras el partido contra La Mosca. Un gran arranque de partido nos hizo pensar que el equipo visitante sería uno más de los que ya han mordido el polvo ante nuestros chicos, pero nada más lejos de la realidad.
El equipo rival preparó concienzudamente el partido y sabía a lo que venia, sabía cules eran nuestras armas y nuestros defectos y a fe que lo supieron explotar.
En el primer minuto de juego Sergio Guichard hizo una de las suyas y marco un buen gol tras asistencia de Miguel. Esto hizo reaccionar al equipo visitante que en ningún momento le perdió la cara al partido y supo esperar su oportunidad. La reacción malaguista no se hizo esperar y Sergio Posadas marco tras pase de Anas. El partido continuaba su devenir, era un toma y daca constante en el que un jugador destacaba sobre manera, por encima del resto, el mariscal Pablo, en defensa, en el centro del campo, en ataque ¿de que juega? infatigable, constante y con una calidad impropia de un chico de su edad. Iba al corte a un lado y a otro pero no se conformaba con cortar el ataque rival sino que la sacaba jugada e inciaba la contra, solo el juego brusco del rival podría pararlo.
En el minuto 27 llegó el tan deseado gol de Rafa Mendez, un jugador que siempre cumple tanto en los entrenamientos como en los partidos pero que se le resistía el gol. En esas hubo una jugada visitante que acabo con un tiro que iba con un destino; la escuadra de nuestra porteria, el balon iba camino de las mallas cuando de repente apareció nuestro portero Antonio que con una plasticidad impresionante llego a atajar el disparo, "que paradon" eso en el banquillo al unisono. En el 45 Pablo obtuvo el premio a su gran partido y marco el 4-1. Todo parecia visto para sentencia pero empezamos a hacer manifiestas nuestras carencias. No sacabamos el balon con claridad, la defensa reculaba hasta meterse casi debajo del larguero, esto hacia que no hubiese posibilidad de fuera de juego para el equipo rival y complicaba mucho la posibilidad de salir a la contra pues hacia el campo demasiado grande. La Mosca se dió cuenta e hizo sangre de ello, nos ataco y de que manera. Nuestro centro del campo no existía, no había robos de balon, no había presión y lo peor de todo; no había juego. En tan solo dos minutos los visitantes marcaron 2 goles lo que hizo avivar los nervios locales que incompresiblemente no reaccionaba ante el empuje visitante.
Nuestros chicos no parecían tener capacidad de reacción, esperabamos la participación de algunos jugadores que fueron decisivos en otros partidos pero no era el día, los nervios, el exceso de confianza, le cansancio,... hizo que jugadores llamados a ser grandes no dieran muestras de ello. Con el tiempo casi cumplido llego el empate visitante y solo el pitido final del arbitro nos libro de perder los tres puntos pues los ataques de La Mosca eran constantes.
De este partido hemos sacado muchas conclusiones que a la larga pueden ser muy positivas. Recuerdo que el Barcelona de Cruyff perdió 6-2 en la Romareda y en la rueda de prensa "el flaco" dijo que en cierto modo se alegraba del resultado por que aquello serviría de cura de humildad y de motivación para que sus jugadores se tomaran en serio el resto de la temporada, los periodistas pensaban que aquello era el consuelo mediocre pero aquel año el Barcelona gano la liga con un futbol extraordinario no volviendo a perder un patido en toda la liga, ¿seremos capaces de repetirlo?.
